#PoesiaDeVida Fugaz y Eterno

Alejó el periódico de su lado, apoyó su cabeza en su mano, perdió su vista atravesando el horizonte cercano de la ventana del bar. Miró sin mirar los automóviles detenidos en el sucio río del tránsito matutino, oyó las voces vecinas sin entender. Se sintió extranjero entre acentos distintos de mozos y clientes.

Las noticias viejas conocidas, por viejas y conocidas, ni lo distrajeron de su monotonía espesa. Le regaló a un niño que pedía, unas chirolas, agradecidas sin fervor.

Le sonó a tango su vida, abandono incierto e ineludible de un futuro igual al ayer.

Se levantó de su silla, arrastrando el ruido del olvido y el encanto de un sonido diferente al bullicio, provocó la mirada de más de uno.

La vio, sentada tras su café mirando a través de la ventana y por un momento distraída por su procaz sonoro levantarse. Un instante bastó para enamorarse para siempre, de esas flores en su pelo, y de sus ojos dulces de la eternidad, un instante donde sus vidas se encontraron y todo el resto de ese mundo repetido en el infinito paso de los días, desapareció.


Y los pasos siguieron su camino, así como la mirada regresó a su cauce natural, y aquel encuentro eterno de un segundo, pereció en el olvido irreverente que se apropia de los sueños incumplidos. 

Aldo J Barone.

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