Te fuiste dejando un mundo enfermo, sin querer entender, sin comprender que el mundo podía apenas encerrarse en cuatro letras, esas cuatro letras que encierran la amistad y la hacen libre.
Una amistad, en donde por más que todos sean distintos existen esas cuatro letras que siempre afloran en cada una de tus profundas reflexiones resguardadas en la imagen de la inocencia de un niño.
Gracias por darme tantos pensamientos y despertarme en los diferentes momentos de la vida el llamado a la rebeldía de quedarse acomodado viendo como pasa el mundo.
Y gritando una y otra vez Viva La Patria Canejo con Mafalda sin dejar de escuchar a los Beatles porque la Patria es algo más que un idioma, la Patria se construye cada día, aunque uno tenga que marcharse para seguirla construyendo muy dentro de uno.
Gracias Quino, Gracias querido Joaquín.
De alguna manera siempre me he sentido uno más de tus amigos.
El mundo sigue enfermo, ojalá se empiece a despertar.
Aldo J. Barone
Comentarios
Publicar un comentario