Como se trata de postales, de como estamos aprendiendo a
convivir con los integrantes de nuestra familia, y muy especialmente con
nosotros mismos en esta cuarentena responsable, les voy a compartir las mías.
1) Intensificar
el desapego. He aprendido a rediseñar la manera de guardar la ropa, papeles y
carpetas que tenía en distintas habitaciones de mi casa, para tirar todo
aquello que no sirva, donar toda aquella ropa que ya no tuviera uso a fin de
que otros pudieran servirse de ello y no se fueran acumulando en los placares.
Soltar para caminar más liviano y para cerrar etapas.
2) Aprendo
cada día como trabajar para profundizar la empatía, la escucha, la paciencia y
la aceptación y a respetar los tiempos y espacios de mi hija con la cuál
convivo.
3) También estoy aprendiendo a ser mejor oferta para aquellos que no tienen recursos para
una conversación de Coaching para abrir su propias ventanas de posibilidad.
Recientemente, con un Coach muy querido llamado Guso Saint Martin me entrevistó
para un Programa que tiene armado para Pymes llamado “Profesionales en
cuarentena” para ofrecérselo a este sector tan castigado por esta Crisis.
4) Hablo con
Dios cada día con la confianza puesta en la temporalidad de esta situación,
haciendo un esfuerzo enorme para ver lo bueno de lo malo. Creo firmemente en
que una flor que se lo proponga puede crecer rompiendo el asfalto.
5) Aprovecho
los últimos estertores de la cocina que tengo -que ya está claudicando porque
tampoco puedo hacer que la reparen en estos tiempos-, y pruebo en sus hornallas
nuevas combinaciones e inventos. Entre ellas una maravillosa tortilla a los 3
quesos con la que me voy a deleitar esta noche.
6) Me pongo
al día con lecturas pendientes de temas de la Comunicación y las últimas
tendencias como la Redarquía, Crisis camps para ejecutivos, otros de
Supervivencia en diversos escenarios, también sobre Coaching Personal y
Organizacional, Biodescodificación e incluso con lecturas recreativas de mis
autores preferidos entre los que se encuentran Arturo Pérez-Reverte, Enrique
Jardiel Poncela entre otros.
7) Aprendo
nuevas destrezas, como el afilado de cuchillos, que tengo un montón en casa,
como hacer nuevos nudos para escalada, supervivencia y outdoor, y estoy
considerando comprarme una tabla multipresa de Escalada para entrenarme en el
patio de casa.
8) Escucho
todo tipo de música que me movilice desde los Beatles a Led Zeppelin, desde
Erik Satie hasta pianistas increíbles como Bill Evans o Claudio Arrau, desde
Cantos Gregorianos hasta Jon Anderson o Joe Cocker, descubro artistas como “Walk off the earth” y
de paso cañazo, aprovecho para practicar batería con videos de Emmanuelle
Caplette en you tube capitalizando sus técnicas entre otros bateros por
supuesto…
9) Miro cada
día, como un verdadero milagro de aprendizaje. Una persona a quien amo con todo
mi corazón, en un chat de Madres del Colegio vio como una mamá cuyos hijos
habían cursado con el suyo en alguna ocasión y que había enviudado en forma
reciente, y pidió ayuda en dicho grupo porque se le habían acabo los recursos
económicos, trabaja en una inmobiliaria, y ya no tenia dinero para comer e
incluso la tarjeta le venía rechazada. Mi amiga leyó eso y al día siguiente, la
contactó y le envío una suma que interpela mi propio sentimiento de
generosidad, le mandó 2000$. La mujer que recibió el dinero, conmovida le dijo
“No conozco quien sos, pero te prometo que te los voy a devolver”. Mi amiga le
respondió, “Tenelos y cuando puedas, dáselos a quien los necesite”. Acaso esta
amiga tan querida por mí este cumpliendo con lo que Mateo 25:31-45 dice sobre
aquellos a los que el Señor hará entrar al Paraíso porque “Cuando tuve hambre
me diste de comer, y cuando tuve sed me diste de beber, era forastero y me
diste refugio, estaba desnudo y me vestiste…”
Y esta manera de Ser, a mí me interpela en todo sentido para
hacer mejor las cosas, en respetar mi proceso y el de los demás, en seguir
viendo como contribuir, asistir, ayudar, servir a mi prójimo que es el legítimo
otro, en redoblar mis esfuerzos para ser mejor persona y para poder seguir
conservando el corazón de un aprendiz que me dará las herramientas para
reescribir nuevas postales cada día.
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