Quiso guardar al viento,
evitar que volara,
entretener en sus manos
el sonido del canto.
Ocultarlo de todos
blindar el secreto
del viento que guarda,
sin querer que volara
sin querer que se fuera.
Lo guardó en lo oculto
del fondo de su alma,
lo encerró despacio
para que no escapara.
Corrió con su caja
donde lo guardaba
al oculto rincón
de sus egoísmos,
vientos como éste
no pueden dejarse
se decía y repetía
para convencerse,
que es mejor el encierro
al cruel olvido.
Y cuando en la noche
decidió soltarlo
para disfrutarlo
solo en el silencio,
descubrió que el viento
se había marchado,
sin dejarle nada,
sin ningún consuelo.
Caminó despacio
con desesperanza
recordando aquel viento
que lo enamoraba,
y en el desconsuelo
de haberlo perdido,
lo sorprendió el viento
iluminando su cara,
lo sorprendió el paisaje
desplegando las alas.
y dejando que el viento
muy libre volara,
despegó del suelo
llenó su mirada
ya no encerró nada,
bailó con el viento
aprendió su canto
y dejó que volara.
Aldo J Barone
evitar que volara,
entretener en sus manos
el sonido del canto.
Ocultarlo de todos
blindar el secreto
del viento que guarda,
sin querer que volara
sin querer que se fuera.
Lo guardó en lo oculto
del fondo de su alma,
lo encerró despacio
para que no escapara.
Corrió con su caja
donde lo guardaba
al oculto rincón
de sus egoísmos,
vientos como éste
no pueden dejarse
se decía y repetía
para convencerse,
que es mejor el encierro
al cruel olvido.
Y cuando en la noche
decidió soltarlo
para disfrutarlo
solo en el silencio,
descubrió que el viento
se había marchado,
sin dejarle nada,
sin ningún consuelo.
Caminó despacio
con desesperanza
recordando aquel viento
que lo enamoraba,
y en el desconsuelo
de haberlo perdido,
lo sorprendió el viento
iluminando su cara,
lo sorprendió el paisaje
desplegando las alas.
y dejando que el viento
muy libre volara,
despegó del suelo
llenó su mirada
ya no encerró nada,
bailó con el viento
aprendió su canto
y dejó que volara.
Aldo J Barone
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