Compartir la vida es pasar un momento con alguien, es reírnos
juntos, es estar con. Es comenzar a trabajar junto a, es ayudar a, es dejarse
ayudar, es hablar y escuchar. Es estar atento, es ver lo que necesita, es partir de mi
lugar a su lugar.
Compartir la vida crea momentos únicos, donde no hay entregas dosificadas. El éxito de haber compartido la vida está en propiciar acciones mínimas, en lo simple de la vida, que son como escenas de obras de teatro que tiene como espectador al próximo, que tiene el poder transformador del AMOR, que hace experimentar la plenitud. Ese SI cotidiano, esa atención continua, ese 'nosotros', hace del compartir la vida UN ARTE. Ese Arte implica salir de uno mismo para ir en camino permanente hacia el prójimo, como oportunidad única de encuentro, de sentir, de expresar de vivir, momentos únicos que se convierten en MOMENTOS SAGRADOS.
Compartir la vida es la SUMA de MOMENTOS SAGRADOS que implica compromiso, generosidad, entusiasmo, alegría, esperanza, servicio, fe, empatía, diálogo, entrega.
Compartir la vida, es dar lo mejor que tengo por y para el otro. Es un continuar en el otro. Es ser sus ojos si necesita ver, es ser sus pies si necesita caminar, es ser sus orejas si necesita oir, es ser su conciencia si necesita consejo. Es ser su compañía si está sólo, es estar en los momentos buenos y de los otros, es ser quien dice lo que necesita y no lo que espera y no quiere escuchar. Es abrir la puerta de tu vida y permitir que ingrese y te contagie con sus valores. Es animarse a mostrarse tal cual sos, sin caretas, porque Solo el que comparte, vive en ÉL, y quien vive con el otro, es quien se juega por el próximo creando momentos únicos, momentos sagrados que solo lo recordaran los que estuvieron ahí, alimentando la memoria del corazón, atesorando una fortuna incalculable de momentos vividos.
Compartir la vida es algo increíble, único, sagrado, que solo se logra cuando el amor se hace presente, que no tiene manuales ni recetas, solo tiene el ritmo del amor que lo marca el corazón….
Por eso mientras el corazón late, comparti tu vida…… anímate y seguí Dejando Huellas….
Compartir la vida crea momentos únicos, donde no hay entregas dosificadas. El éxito de haber compartido la vida está en propiciar acciones mínimas, en lo simple de la vida, que son como escenas de obras de teatro que tiene como espectador al próximo, que tiene el poder transformador del AMOR, que hace experimentar la plenitud. Ese SI cotidiano, esa atención continua, ese 'nosotros', hace del compartir la vida UN ARTE. Ese Arte implica salir de uno mismo para ir en camino permanente hacia el prójimo, como oportunidad única de encuentro, de sentir, de expresar de vivir, momentos únicos que se convierten en MOMENTOS SAGRADOS.
Compartir la vida es la SUMA de MOMENTOS SAGRADOS que implica compromiso, generosidad, entusiasmo, alegría, esperanza, servicio, fe, empatía, diálogo, entrega.
Compartir la vida, es dar lo mejor que tengo por y para el otro. Es un continuar en el otro. Es ser sus ojos si necesita ver, es ser sus pies si necesita caminar, es ser sus orejas si necesita oir, es ser su conciencia si necesita consejo. Es ser su compañía si está sólo, es estar en los momentos buenos y de los otros, es ser quien dice lo que necesita y no lo que espera y no quiere escuchar. Es abrir la puerta de tu vida y permitir que ingrese y te contagie con sus valores. Es animarse a mostrarse tal cual sos, sin caretas, porque Solo el que comparte, vive en ÉL, y quien vive con el otro, es quien se juega por el próximo creando momentos únicos, momentos sagrados que solo lo recordaran los que estuvieron ahí, alimentando la memoria del corazón, atesorando una fortuna incalculable de momentos vividos.
Compartir la vida es algo increíble, único, sagrado, que solo se logra cuando el amor se hace presente, que no tiene manuales ni recetas, solo tiene el ritmo del amor que lo marca el corazón….
Por eso mientras el corazón late, comparti tu vida…… anímate y seguí Dejando Huellas….
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