Piececitos de niño,
azulosos de frío,
¡cómo os ven y no os cubren,
Dios mío!
¡cómo os ven y no os cubren,
Dios mío!
¡Piececitos heridos
por los guijarros todos,
ultrajados de nieves
y lodos!
por los guijarros todos,
ultrajados de nieves
y lodos!
El hombre ciego ignora
que por donde pasáis,
una flor de luz viva
dejáis;
que por donde pasáis,
una flor de luz viva
dejáis;
que allí donde ponéis
la plantita sangrante,
el nardo nace más
fragante.
la plantita sangrante,
el nardo nace más
fragante.
Sed, puesto que marcháis
por los caminos rectos,
heroicos como sois
perfectos.
por los caminos rectos,
heroicos como sois
perfectos.
dos joyitas sufrientes,
¡cómo pasan sin veros
las gentes!
Gabriela Mistral
Comentarios
Publicar un comentario